ES NUESTRO MOMENTO

El mío, el tuyo, el vuestro... el de toda la afición. Temporalmente y salvando la agapitada, la afición del Real Zaragoza ha dejado de lado las acciones de protesta a favor de las de ánimo.  El zaragocismo está viviendo un resurgir, y con la fuerza que hace mucho tiempo desde que llegó el nuevo presidente no se veía. 

Cualquier iniciativa, por simple que sea, se ve avalada por miles de gargantas, que están premiando la respuesta de unos jugadores que parecía no daban para más y de repente tumban gigantes. Suerte hubo en los resultados, pero venía dada también por entrega, que era lo que se les pedía en caso de que descendiéramos, que dieran todo por la camiseta que visten en cada partido.

Me encantó cómo vi crecer una simple iniciativa, ir a despedir a los jugadores al autobús en su salida a Gijón, para intentar transmitirles apoyo. De una propuesta de un simple forero, como podamos ser tú o yo, en el foro de Pasión Zaragocista, la gente dio su conformidad y desinteresadamente la promovió por todos los medios posibles, para que llegara a la máxima cantidad de gente posible, (ejemplo y nuestro agradecimiento a Paco Ortíz Remacha que tras pedírselo la comentó en varios de sus programas, haciendo un llamamiento a todo aquél que quisiera).

 

Imagen cortesía de Pasión Zaragocista, fotógrafo. Alfredo Sánchez

Pero no paró ahí la cosa. En el partido contra el Barça, y a pesar de un resultado adverso y la cantidad de culés que ocupaban cualquier situación en el campo, los zaragocistas no dejaron de apoyar durante todo el encuentro, llegando a emocionar a Roberto cuando tras su error en el despeje y gol de Puyol, la gente que tenía detrás lo arropó demostrándole comprensión y que no puede ser perfecto en todos los partidos. De ahí a seguir apoyando y cantando numerosas veces el himno, a uno se le podían poner los pelos como escarpias. 

Tras un resultado algo abultado, e injusto considerando la lucha que vimos por parte de los nuestros, espero que la moral que no ha caido entre la afición no lo haya hecho entre los jugadores, y sean conscientes de que una vez más, se está con ellos.

Otra cosa de las que me preocupaba era que en caso de derrota, como así fue, todo el fervor que se había creado alrededor del equipo desapareciera y volviéramos a las críticas. Mis disculpas por pensar mal del zaragocismo, y  mi alegría de comprobar que no ha sido así. Consultando las redes sociales, el optimismo no ha decaído ni un ápice, y parece ser que si llegara la peor situación se aplaudiría el esfuerzo que se lleva realizando los últimos partidos. 

Demotramos tener la cabeza fría, y no amilanarnos tras la desgracia, siendo mínimas las ocasiones en las que se ha silbado, siempre a algún jugador concreto. Otras aficiones a la mínima y en situaciones más favorables no están teniendo tanta paciencia, aunque no sea justo hacer comparaciones. Cada afición es la que es, y sus circunstancias son las suyas, pero desde luego yo me estoy sintiendo orgulloso de considerarme zaragocista.