Queridos aficionados y seguidores del Real Zaragoza:
 
Se  cumplen ahora noventa días desde aquella histórica jornada en la que,  gracias a vuestro empuje entusiasta y el compromiso de la plantilla,  logramos permanecer en Primera División. Suelo repetir con insistencia,  porque así lo creo, que desde ese día hay “un antes y un después” en la  historia reciente del Club, ya que a raíz de aquella hazaña colectiva de  hace tan sólo tres meses venimos realizando, todos, un gran esfuerzo  para cambiar lo mucho que había que cambiar en el Real Zaragoza.
  
Uno  de mis propósitos, desde entonces, ha sido el de practicar una gestión  transparente. Y para llevarlo a cabo considero prioritario que la  afición sepa todo lo que se está haciendo en el Club. Os puedo asegurar  que no soy persona que le guste plantear polémicas ni tener que  contradecir o aclarar constantemente opiniones ajenas, aunque éstas  siempre serán legítimas y respetables cuando se formulen con afán  constructivo. A menudo suele ser innecesario, ya que la realidad de los  hechos y el tiempo se ocupan muchas veces de ponernos a todos en nuestro  sitio. Pero, además de responder a esta tendencia personal, no suelo  hacerlo tampoco por el bien del Real Zaragoza. Ése es el sentido de  muchos de mis silencios y espero que lo interpretéis así y no como un  afán de ocultismo que no pretendo en absoluto.
   
Economía y deporte
  
No conviene olvidar  tampoco que el Real Zaragoza, desde hace casi veinte años, es una  Sociedad Anónima y, como tal, habrá de seguir funcionando en el futuro.  Esta es una realidad jurídica y empresarial con la que todos tenemos que  convivir. Los profundos sentimientos del zaragocismo, sus colores y su  dilatada historia siguen vivos, nos enorgullecen y somos nosotros ahora a  quienes corresponde la gran responsabilidad compartida de protegerlos y  hacerlos crecer. Pero, como en cualquier sociedad anónima, alguien  tiene que tomar las decisiones.
  
Como he dicho en  bastantes ocasiones, quien quiera sumarse al proyecto del zaragocismo  tiene por mi parte las puertas de par en par abiertas. Pero debo dejar  claro también que, en una Institución como ésta, siempre es necesario  realizar esfuerzos económicos. El fútbol de hoy en día, tristemente,  solo se hace con esfuerzo económico. Es difícil, por no decir imposible,  sustentar, mantener, y acrecentar la esperanza de mucha gente sólo con  ilusión, ganas, sentimiento, alegrías… A veces hace falta mucho más. He  sido y seré sordo a cuantas operaciones de carácter especulativo puedan  dañar el futuro de un Club histórico como el nuestro e,  independientemente de que me guste más o menos seguir en el cargo, hasta  la fecha no se ha presentado nadie que tenga las suficientes garantías  para poder asumir esta responsabilidad, ni nadie ha querido exponer su  patrimonio o parte de él, para revitalizar al Real Zaragoza. Yo me  siento con ganas de seguir haciéndolo. En  medio de la difícil situación económica del país, seguimos trabajando  sin descanso para que esa ilusión no se marchite. Y nuestro orgullo es  que, por encima de especulaciones e interpretaciones de todo tipo, el  Real Zaragoza este año –y esperemos que muchos más- jugará en la mejor  competición del mundo, que es nuestra Liga.
 
Acelerar el pago de la deuda
  
Hace poco más de  dos meses me dirigía a todos vosotros para comunicaros la decisión  adoptada por el Consejo de Administración del Real Zaragoza de solicitar  el concurso voluntario de acreedores. Ahora, en el arranque de la  temporada 2011/ 2012, quiero transmitiros de nuevo algunas  consideraciones sobre la marcha del Club, tras estos más de dos largos  meses que se nos han hecho tan cortos debido a la intensidad del trabajo  realizado y a los frentes tan dispares en los que ha habido que  intervenir.
   
Los hechos han  confirmado el acierto y la necesidad que supuso acogernos  voluntariamente a la Ley Concursal. Gracias al paraguas de la tutela  judicial hemos podido afrontar los preparativos de la nueva temporada  con la tranquilidad moral de saber que vamos a hacer frente a todas  nuestras obligaciones económicas resultantes del proceso concursal, sin  poner en riesgo el futuro del Club como prioridad fundamental. Nuestra  intención ha sido siempre también tratar de acelerar al máximo este  proceso cuyo periodo normal de desarrollo es entre uno y dos años. A  ello respondió la decisión que adoptamos a finales del pasado mes de  julio de promover la firma del convenio anticipado de acreedores. En tan  sólo dos días y mediante llamadas de teléfono a personas que sabíamos  que no iban a fallarnos, obtuvimos el respaldo de más del 20% de la masa  concursal, que era el requisito imprescindible para poder poner en  marcha esta iniciativa.
  
Tras el paréntesis  de agosto seguiremos esforzándonos en lograr este objetivo ya que, de  tenerlo resuelto, saldríamos mucho antes del proceso del concurso y  podríamos comenzar a realizar pagos a proveedores. No obstante, si la  iniciativa no acabara de prosperar, deberemos simplemente atenernos a  los plazos más largos previstos en la ley. Quiero aprovechar esta  oportunidad para reiterar mi agradecimiento personal, y el del Club, al  conjunto de acreedores que se sumaron a esta iniciativa, por su  disposición tan favorable y por la probada generosidad que han  demostrado hacia los intereses del Real Zaragoza. Y quiero agradecer  también expresamente aquí el trabajo constante, riguroso y la  colaboración permanente que los administradores judiciales vienen  prestándonos en todo este proceso, dada la complejidad añadida que tiene  el periodo de planificación de la temporada.
 
El nuevo proyecto deportivo
  
Como compromiso a  medio y largo plazo, queremos disponer de una plantilla corta, de entre  20 y 21 jugadores, que nos permita absorber de forma regular a jóvenes  promesas provenientes de nuestro segundo equipo. Es una apuesta dura,  arriesgada, pero estoy seguro de que es la que más nos va a satisfacer a  todos. Es la única forma de dar oportunidades a los jugadores de las  categorías inferiores. Sabemos que sufriremos, que perderemos partidos,  pero estaremos satisfechos y  disfrutaremos con gente nuestra que irá  creciendo progresivamente.
   
En síntesis,  nuestro proyecto para la temporada 2011 / 2012 recupera el esquema  deportivo más genuino de la historia del Real Zaragoza, basado en contar  con un nutrido grupo de jóvenes promesas que habrán de crecer y  alcanzar su madurez arropados por un plantel selectivo de futbolistas  experimentados y dispuestos a darlo todo por el Club. Es una apuesta  decidida por la juventud y de ahí la importancia que damos también al  trabajo de las categorías inferiores. Las puertas del Real Zaragoza  siempre estarán abiertas para este tipo de futbolistas, serios y  entusiastas, que quieran crecer con nosotros, en definitiva con ganas,  proyección, ambición y, como decimos en nuestra tierra, con rasmia.
 
Que nadie dude que  vamos a intentar mejorar en lo posible nuestra plantilla. Una vez más  nos enfrentamos al reto de configurar un equipo que pueda estar a la  altura de nuestra historia y al nivel del entusiasmo y entrega de la  afición zaragocista. Puedo aseguraros que éste es el denominador común  de todos cuantos se han incorporado ahora con nosotros, para aupar al  Real Zaragoza: futbolistas con futuro, capaces de comprometerse con  nuestros colores y que sean conscientes de lo que su entrega y esfuerzo  significan para la afición, como sobradamente han demostrado todos  aquellos jugadores que ya estaban con nosotros.
  
Atraer a los más idóneos  
La actividad más  absorbente que hemos desarrollado a lo largo de este verano ha sido la  de acometer la renovación de nuestra plantilla. No ha sido fácil, pero  hemos querido reunir, dentro de nuestras posibilidades, un grupo  compacto de futbolistas que pudieran garantizar a la afición una  presencia digna y competitiva en la máxima categoría. Y, dada la difícil  situación por la que atraviesa el Club, hemos creído prudente seguir  tres líneas de trabajo paralelas y complementarias.
  
La primera fue  acudir al mercado de jugadores que estuvieran libres y ofrecer la  posibilidad de su incorporación a aquellos que por sus cualidades nos  pudieran interesar. La segunda consiste  en atraer a otros que, estando  integrados en diferentes clubes, nos fueran cedidos, bien con cláusula  de opción de compra o sin ella. Y una tercera línea de trabajo ha sido  recurrir a fondos de inversión especializados en el mercado del fútbol  para materializar ciertos fichajes de jugadores con probada experiencia y  alto costo, sin comprometer con tales pagos el obligado saneamiento de  las cuentas del Club. Es esta una práctica habitual en equipos de todo  el mundo y un sistema especialmente beneficioso para el Real Zaragoza en  esta hora y no cabe duda que habrá de serlo también en el futuro. Así  lo he entendido y así lo he puesto en práctica, también con mi  aportación personal y sin ningún otro interés que el de ayudar al Club  en un momento económico tan delicado. Evidentemente todo este esfuerzo  de contratación y renovación siempre está sujeto al presupuesto, entregado en su día  a los Administradores Judiciales y supervisado por  ellos.
   
El estímulo de la afición
 
La calidad y el  ímpetu de nuestra afición es lo que nos lleva a luchar, a esforzarnos al  máximo y a mirar al futuro con esperanza. Se puede entender su enfado  en momentos en los que peligraba la permanencia. Se puede comprender la  crítica y el desacuerdo con cualquier tipo de decisiones. Pero nunca  entenderé y, es más, reprobaré enérgicamente, los insultos personales,  vengan de donde vengan, que se profieran hacia quienes trabajan en el  Club o, también, aquellos que se dirijan hacia mi persona.
   
Al terreno de juego  venimos a disfrutar, a animar y a sentirnos orgullosos de nuestros  jugadores. Creo que es ahí donde se debería alcanzar todo nuestro  entusiasmo como  una parte más en la vida del Club. Es esa nuestra  pequeña historia cotidiana dentro del  Real Zaragoza y la que escribimos  también todos nosotros en cada encuentro en La Romareda al que  acudimos. Algo de lo que nos gustaría sentirnos tan orgullos como lo  estamos al saber que hemos aupado a nuestro equipo a conseguir sus  objetivos, porque, en definitiva, todos juntos somos el jugador nº 12.  Son esos momentos en los que personalmente me siento como un aficionado  mas, que lo único que echa de menos es poder disfrutar en paz de esas  vivencias con sus seres queridos,  con mi familia, para alentar a  nuestro Equipo. Os brindo esta cordialidad deportiva que es la que  pienso que debe imperar en un zaragocismo unido y sólido proyectado  hacia el futuro.
 
La gran mayoría de  los seguidores del Real Zaragoza conocéis bien las fortalezas y  debilidades de nuestra plantilla y las virtualidades de los nuevos  jugadores que se nos han sumado. Podéis estar seguros de que, dentro de  nuestras muy limitadas posibilidades, hemos puesto toda la imaginación y  todo el empeño para que el nuevo proyecto deportivo suscite, como  siempre, vuestro apoyo y vuestro entusiasmo.
   
Aunque el aspecto  económico es hoy tan importante para sobrevivir y sustentar la esperanza  de los zaragocistas, no sólo nos hace falta ilusión (que la tenemos),  ganas (que nos sobran), sentimientos (los llevamos en la sangre),  sufrimientos (que también los hemos padecido) y alegrías (aunque pocas,  también las ha habido)…  Es importante, por encima de todo, compartir el  reconocimiento público de gratitud del Club a su gran afición  zaragocista por la entrega con la que un año más se dispone a apoyar al  equipo, en momentos tan difíciles para todos y en todos los órdenes de  la vida, como los que ahora atravesamos. Os agradezco, personalmente y  en nombre del Club, vuestro compromiso. Y os aseguro que si vuestro  apoyo fue decisivo la temporada pasada para lograr la permanencia, no lo  es menos ahora para que este nuevo plantel de jugadores nos dé las  alegrías deseadas y nos permita recuperar la ilusión por el triunfo.
 
A ello os convoco, un año más, con ilusión renovada.
   
En unos momentos  tan esperanzadores y difíciles como estos, es más importante que nunca  el que estemos todos unidos en torno a un mismo objetivo: nuestro Real  Zaragoza.
 
Gracias a todos.
  
Agapito Iglesias