Partido feo en sí, al que se le suma la derrota, pero con un resultado que nos fue favorable. Manolo Jiménez planteó una alineación bastante parecida a la nuestra.
Durante la primera parte tuvimos un Real Zaragoza con problemas en el mediocampo, con alguna llegada poco peligrosa, pero que no generaba el juego necesario para dominar el partido. La cosa pareció mejorar cuando Romaric dejó el campo,tras una actuación en la que su participación fue para olvidar.
Pronto encajamos el primer gol, en el minuto 27, de un remate de Ighalo que rebotó en Loovens y descolocó a Leo Franco, no pudiendo hacer nada el meta argentino.
Llegados al final del primer tiempo, se vió evidente que eran necesarios los cambios, y Manolo Jiménez los acertó, retirando a Romaric por Montañes, y recolocando posiciones.
Quizás a posteriori no pareciera tan acertado, pues tras la expulsión de Postiga, creyó necesario retirar a Víctor para sacar a Javi Paredes, optando por la opción de defender el empate, pues Jose Mari logró abrir su cuenta goleadora con uno de los goles más bonitos que hemos visto hasta el momento empalmando un pase de Postiga.
Doce minutos después, Mainz metió el segundo para el Granada, en un grave error defensivo que dejó que pudiera rematar tan tranquilo, y ahí fue cuando Manolo Jiménez deicidió no arriesgar y sustituir a Zuculini por Aranda, buscando recuperar la ofensiva para intentar marcar otro gol.
A mencionar la actuación de Leo Franco, que a pesar de cometer algunos errores, fue providencial (sobre todo en la recta final del partido) sacando varios balones tirando de reflejos, y en una ocasión ayudado por Loovens que sacó un balón de la línea de gol.
Aparte de eso, que quedó en evidencia, podemos hacer incapié en que la actuación del colegiado Jesús Gil Manzano fue lamentable, quien quizás se vió intimidado por arbitrar en un Los Cármenes lleno hasta la bandera.
Ya en el minuto diez perdonó una tarjeta roja por la agresión que acabó con Hélder Postiga teniendo que salir a recibir asistencia, que más tarde se completó con puntos de sutura, y que debió ser penalti. No acabó ahí la cosa, y seguimos con una tanda de acciones peligrosas por parte del Granada que no recibieron la penalización adecuada, muchas ni siquiera pitadas, y algunas de ellas merecedoras de cartulina.
Un ejemplo de ello fue que Hélder Postiga recibió la segunda tarjeta por simular una caida, para que luego la misma acción del Granada por parte de Torje (quien ya llevaba una amarilla) no fuera sancionada.
Otros jugadores, como Sapunaru, recibieron entradas brutales, que de nuevo, ni siquiera fueron contabilizadas como falta, muchas de ellas desentendiéndose del balón.
El conteo de tarjetas fue irrisorio, pues Postiga obtuvo la doble amarilla, inmediatamente tras la asistencia que supuso el gol de Jose Mari y además les regaló sendas amarillas a Romaric, Paredes, Sapunaru, Aranda y Leo
Franco, cuando por parte del Granada solo la vieron Torje, Iriney y Dani
Benítez, cuando la dureza del juego del Granada les mereció algunas más, e incluso alguna roja directa.
Para más inri el añadido fue de 5 minutos, que aún fueron sobrepasados, en una de las actuaciones arbitrales más lamentables que he podido ver en los últimos tiempos.
Pese a todo, hemos pasado de dieciséisavos, y ahora nos espera el Levante en octavos.